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Consiste en poner a la venta o renta un inmueble a través de sólo una agencia inmobiliaria, quien será la única autorizada para promover la operación a través de todos los medios pertinentes.

A través de un contrato se estipula la exclusiva de una propiedad. Este documento debe contener el precio del inmueble, la comisión que se cobrará al momento de la venta y el plazo de la exclusividad.

Durante ese periodo, el inmueble es promovido a través de los recursos y medios que cada empresa o asesor disponga. Generalmente las agencias comparten estas propiedades con otros corredores, a fin de tener apoyo en la promoción y colocarla más rápido. En este caso ambas empresas llegan a un acuerdo para compartir la comisión que se cobra al propietario.

En un esquema de exclusiva, se precalifica a los clientes con el fin de no llevar ociosos que hagan perder el tiempo tanto al vendedor como al propietario.

El contrato firmado garantiza que durante el tiempo de la exclusiva, el vendedor buscará al posible comprador. Si pasado el tiempo establecido no se ha realizado la venta, el cliente puede cancelar el servicio sin pagar ninguna comisión. Dependiendo de la empresa, deberá otorgar un periodo de 15 días adicionales para que se haga el cierre de toda la prospección.